Documentos bancarios prueban que Juan Pablo Velasco Dalence, hoy candidato a la vicepresidencia de Bolivia, recibió pagos de una empresa accionista del Banco Fassil y que él mismo figuraba como accionista de esa sociedad. Su padre fue condenado por organización criminal. Velasco había negado todo.
En julio de 2022, cuando el Banco Fassil ya estaba bajo la lupa de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI), la Sociedad de Inversiones de La Sierra S.A. —una de las firmas accionistas del banco— emitió una serie de cheques por más de 1,8 millones de bolivianos a nombre del candidato a vicepresidente Juan Pablo Velasco Dalence, sus hermanos Valeria y Álvaro Velasco Velarde, y Luz Marina Velarde de Velasco, esposa del entonces director del banco Álvaro Velasco Bruno, condenado en 2024 por organización criminal en la causa Banco Fassil (Resolución 374/2024).
Los documentos fueron presentados públicamente por el candidato Edman Lara durante el debate y en medios; los cheques, todos fechados el 12 de julio de 2022, muestran pagos por montos idénticos (Bs 364.850,22) a varias personas de la familia y un pago mayor (Bs 729.335,59) a su madrastra.
La información contradice la versión pública del propio Juan Pablo Velasco, quien negó relación alguna con el banco. Los papeles prueban que, al menos en 2022, hubo transferencias directas desde una sociedad vinculada al grupo que controlaba Fassil hacia miembros de la familia Velasco. Su nombre también figura en el detalle de accionistas.
La documentación que lo desmiente
A pesar de haber negado toda relación con el Banco Fassil, Juan Pablo Velasco Dalence figura oficialmente como accionista de la empresa propietaria de la entidad quebrada. Según un testimonio notarial fechado el 15 de febrero de 2024, consultado en los archivos digitales de la Dirección del Notariado Plurinacional (Dirnoplu), el actual candidato a vicepresidente aparece listado entre los socios de la Sociedad de Inversiones de La Sierra S.A., compañía que integraba el paquete accionario del Banco Fassil.
En ese documento —Testimonio N° 60/2024, “Modificación parcial de los estatutos de la Sociedad de Inversiones de La Sierra S.A.”— se detalla la nómina de 32 accionistas presentes en la Junta General Extraordinaria celebrada el 8 de febrero de 2024.
El nombre de Juan Pablo Velasco Dalence figura como socio N° 22, titular de 7.000 acciones, equivalentes al 0,5723% del capital social.
El registro fue verificado directamente en la base documental de Dirnoplu, confirmando que el candidato mantenía participación accionaria en la misma estructura empresarial desde la cual, según las pruebas de Edman Lara, se emitieron los cheques que cobraron él y su familia en 2022.
El entramado y la condena
El fallo judicial (Resolución N° 374/2024) establece que empresas del Santa Cruz Financial Group —entre ellas la Sociedad de Inversiones de La Sierra S.A.— participaron de prácticas ilegales: créditos vinculados, recalificación irregular de deudores y movimientos de fondos cuyo origen y destino dificultaban el rastreo dentro del sistema financiero. Varios directivos y accionistas aceptaron su culpabilidad en un procedimiento abreviado.
La muerte del interventor: ¿suicidio o silencio forzado?
El caso Fassil no sólo dejó miles de ahorristas sin su dinero y pérdidas millonarias para fondos de pensiones: también tuvo un hecho que marcó a la opinión pública. El 27 de mayo de 2023, el interventor designado por el gobierno, Carlos Colodro, apareció muerto tras caer del piso 14 del edificio Ambassador, en pleno barrio Equipetrol de Santa Cruz de la Sierra. La versión oficial indicó suicidio, pero el cuerpo presentó signos que generaron dudas y un supuesto “mensaje póstumo” emergió de manera sospechosa horas después. La firma de la misiva, atribuida a Colodro, no coincidía con ninguna otra firma del interventor.
En un escándalo de esta magnitud, la muerte de quien controlaba y reportaba irregularidades alimenta teorías de encubrimiento: muchos bolivianos sospecharon que Colodro fue silenciado antes de que pudiera seguir avanzando sobre los rastros del dinero y los nombres que lo movían.
De esto no se habla.
Sobran los dedos de una mano para contar a los portales bolivianos que levantaron los dichos de Lara durante el debate de vicepresidentes y tienen que publicarse en medios argentinos para que sean noticia.
La reaparición del apellido Velasco en la grilla electoral —ahora con Juan Pablo como candidato a vicepresidente en la fórmula de Jorge “Tuto” Quiroga— reaviva la memoria del colapso financiero y la indignación de los afectados. La maniobra de negar vínculos mientras aparecen cheques y sentencias conforma un riesgo político evidente: alguien que miente en algo tan sensible puede estar mintiendo en otros asuntos de interés público.
“El señor Velasco le mintió al país. Dijo que no recibió ni un centavo del Banco Fassil, pero cobró como accionista del grupo dueño.” — Edman Lara, debate presidencial.
Hoy el apellido Velasco intenta volver al poder de la mano de una candidatura que huele más a impunidad que a renovación.