La productora Tiempo Beta, denunciada por El Disenso y luego señalada por una auditoría oficial del Ministerio de Justicia de Nación por contrataciones irregulares durante la gestión de Alberto Fernández, acaba de recibir una adjudicación del gobierno bonaerense por más de mil millones de pesos. El proceso fue otorgado en el marco de una licitación pública destinada a la organización de actos y eventos, apenas semanas antes de las elecciones provinciales. Tiempo Beta le ganó la licitación a una empresa registrada por un empleado de Tiempo Beta.
En marzo de 2023, El Disenso reveló que el entonces gobierno kirchnerista había adjudicado $395.850.000 a la productora Tiempo Beta S.A., una firma ligada a La Cámpora, a través de su gerente Ignacio “Nacho” Saavedra, exfuncionario camporista.
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La contratación estaba plagada de irregularidades: la misma cartera que al inicio de la gestión había designado a la esposa de Saavedra, luego contrató a la empresa de Saavedra. El contrato se concretó con apenas un día hábil entre la adjudicación y la organización del evento multitudinario, una maniobra administrativa imposible de justificar.
Un año más tarde, una auditoría interna del Ministerio de Justicia de la Nación confirmó las irregularidades denunciadas por este medio en aquella contratación.
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Poco después de la publicación del informe, Saavedra renunció a la gerencia de la empresa y viajó a Estados Unidos, dejando el control operativo de Tiempo Beta en manos de Santiago Roberto Alfiz, otro dirigente camporista.
Pese a las observaciones y a la investigación en curso, la productora volvió a ser beneficiada. En el marco del expediente EX-2025-28445307-GDEBA-DSTAMDCGP, correspondiente a la Licitación Pública 14/25 – Acto Apertura y Cierre JJBB, la Dirección Provincial de Torneos y Eventos Deportivos —dependiente del gobierno de Axel Kicillof— adjudicó a Tiempo Beta S.A. la suma de $1.059.852.444,00.
El proceso, identificado bajo el número 527-0732-LPU25, tuvo como supuesto competidor a Pulso Producciones SRL, una firma inscripta a nombre de Carlos Felipe Galvis Pedrosa, quien figura públicamente en LinkedIn como empleado de Tiempo Beta.
La “competencia” entre ambas empresas escenifica una compulsa inexistente, destinada a encubrir una contratación directa y a garantizar la continuidad del flujo de fondos hacia la productora camporista.
No es la primera vez que Tiempo Beta “compite” contra Pulso Producciones y resulta ganadora. Por el contrario, este mecanismo se repite de forma sistemática en distintas licitaciones estatales, lo que sugiere una estrategia habitual de armado de procesos para cumplir formalidades sin riesgo de perder el negocio.
La nueva adjudicación, por aproximadamente un millón de dólares, llega en pleno proceso electoral y vuelve a situar a Tiempo Beta —la productora insignia de los actos políticos de La Cámpora— en el centro de un esquema de contratación pública con fuertes vínculos partidarios.
Luego de que la auditoría oficial confirmara irregularidades y el principal responsable abandonara el país, el gobierno provincial volvió a abrirle la caja de los fondos públicos a la misma estructura, ahora bajo otra firma interna, pero con los mismos protagonistas de siempre.